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viernes, 27 de diciembre de 2013

Arengas para Juegos de Tronos





En las épocas medievales se disputa mucha batalla. Primero para defender tu terruño y después, según la ambición de cada cual, para conquistar terruño ajeno. Y como no se pueden acometer estas contiendas en solitario y te encuentras con que “la gente colabora cuando le viene bien, es leal cuando le viene bien, ama cuando le viene bien y mata cuando le viene bien” (leyenda allende del Muro) , el primer asalto consiste en encontrar partidarios. Y cuando los tienes, en  convencerlos de que lo pongan todo al servicio de tus propósitos.  Complejo. Por eso se inventaron las arengas y los masters en liderazgo.



Fuck the Guard, fuck the City, fuck the King,  
la sinopsis del hartazgo de lealtad de Sandor Clegane.

Solo Robb, el gallardo príncipe del Norte  goza del romántico privilegio de ser coronado por sus vasallos:





Los norteños no tienen espacio ni para la frivolidad ni para el placer. Son como las religiones.  Viven con la carga de la perfección y solo saben tomarse la vida en serio. Los Stark se sirven del honor, la lealtad y la justicia para reclutar seguidores. Valores muy nobles pero, como toda carga moral,  orientados a predicar incuestionables deberes hacia la causa de lo establecido.  
Robb apela a las virtudes de sus norteños y confía el resto a la táctica militar. Es un gran general y al igual que Jon Nieve  “No sabe nada”.  No conoce las verdaderas pasiones de los hombres. No sabe del sol de verano. Ni de vicios. Ni de incesto, ni de demonios. Ni de traiciones.

Bolton dando muestras de su lealtad... a los Lannister

La partida que se juega en Canción de Hielo y Fuego proporciona un catálogo de situaciones en las que observar cómo hay que entregarse sin descanso a convencer a los demás. A veces hace falta un buen discurso, otras resulta más convincente la astucia.

Artimañas de una loba

En los siete reinos no solo tienen que ejercitarse en el juego aquellos que pretenden ganar, si no todos los que por suerte, casualidad o desgracia se encuentran en el tablero. Incluyendo mercenarios,  putas o niñas huérfanas,  quienes deberán intrigar para salvar la vida y procurarse sustento. Porque a sus señores lo único que les importa es el Trono. Todo lo demás   (eliminar rivales, el amor fraterno, el otorgar favores, el captar adeptos y las fiestas y los casorios) son efectos de esta empresa principal.


Para asegurar la lealtad de los fieles se les arenga y  van regios al combate con la promesa de gloria,  oro, títulos…  y se asegura un poco más su entusiasmo apelando a sus miedos. Con los que se resisten, igual que con los enemigos, se recurre a mecanismos más sofisticados.  Porque hay batallas que se deciden en la arena y hasta las hay que se ganan en el púlpito pero las más eficaces son las que se baten con el arte de la dominación.




Poder es poder

Lord Tywin es un maestro del oficio. Mueve los hilos, engrasa los ejes, mantiene la máquina de su dominio siempre en marcha. Sabe que el enemigo es doblemente peligroso si duerme en casa y extrema al máximo las precauciones cuando se trata del legítimo sucesor.  Un hijo es el relevo natural  y el poderoso nunca permite ser reemplazado. Es la dinámica del poder: antes muerto que depuesto. 

 “-… Quiero que, en presencia del reino, proclames que soy tu hijo y tu heredero legítimo.
Los ojos de Lord Tywin eran de un verde claro con puntitos dorados, tan luminosos como implacables.
-Roca Casterly –declaró con una voz llana, fría y apagada. Y añadió: Nunca.
La palabra quedó colgando entre ambos, enorme, hiriente, emponzoñada…
-¿Porqué? – se obligó a preguntar (Tyron) aunque sabía que se arrepentiría.
-¿Aún lo preguntas? ¿Tú, que mataste a tu madre para venir al mundo? Eres una criatura deforme, taimada, desobediente, dañina, llena de envidia, lujuria y malos instintos. Las leyes de los hombres te dan derecho a llevar mi nombre y lucir mis colores, ya que no puedo demostrar que no seas mío. Para darme lecciones de humildad, los Dioses me han condenado a ver cómo te contoneáis, mientras exhibes ese orgulloso león que fue blasón de mi padre, y de su padre antes que suyo.”
(Tyron reclama su herencia en de Tormenta de Espadas)

Cuando son las mujeres las que pretenden el trono siempre se topan con algún varón dispuesto a recordarles  que  el mando no es tarea muy grata, que entraña más martirio que satisfacción y que teniendo la posibilidad de recrearse en la paz doméstica no hay necesidad de dedicar la vida a dirigir ni Empresa ni Khalassar. Que el poder es cosa de hombres, vaya, como el Soberano. 


Pero tal y como Cersei muestra a Meñique, el poder es poder. No tiene normas ni género, ni en los siete reinos ni en ninguno de sus infiernos. La aparición del padre-protector no es más que otra táctica para eliminar a un rival.  Las arengas a las mujeres van dirigidas a disuadirlas de su aspiración defendiendo que el recorrido profesional femenino va de la sábana al pañal.


“Ser Kevan estudió su rostro un largo momento antes de responder—. Me pides mucho, Cersei.
(Cersei le pide a Ser Kevan que sea la Mano del Rey)
—No más que mi padre.
—Estoy cansado. —Su tío cogió la copa de vino y bebió un trago—. Tengo una esposa, …  un hijo muerto al que llorar y otro a punto de casarse…
Lancel necesita mi ayuda.
—Tommen también. —Cersei no había pensado que tendría que convencer a Kevan. «Nunca se hizo de rogar con mi padre»—. El reino te necesita.
—El reino. Claro. Y la Casa Lannister. —Bebió otro trago—. Muy bien. Me quedaré y serviré a Su Alteza, el Rey...
—Excelente —empezó a decir ella, pero Ser Kevan alzó la voz para interrumpirla.
—... siempre que me nombres Regente además de Mano, y te vayas a Roca Casterly.
Durante un instante, Cersei no pudo hacer nada más que mirarlo.
—La regente soy yo —le recordó.
-Lo eras. Tywin no pensaba dejarte seguir en ese cargo. Me contó que planeaba enviarte de vuelta a la Roca y buscarte otro marido”
(extracto de Festín de Cuervos)

Sabiendo lo que le pasó a Lord Tywin, tu alegato, Kevan, es como mínimo arriesgado.


Melissandre también anhela un imperio. Si consigue el control religioso acumulará más poder que Cersei, cosa que a la leona, terrenal como es, le está pasando por alto. Desea sentarse en el trono espiritual del reino y gobernar todas sus almas. Le es fácil a Melissandre controlar el cotarro.  Porque “la noche es oscura…”, porque Stanis es Stanis, y porque una mujer si es bruja infunde respeto. Su discurso se parece al de los políticos (todo promesas y trapicheos) pero espolvoreado con  trucos  y crepitando en un caldero resulta muy convincente.



Melissandre guiando a Stannis hacia la luz

Sea mediante arengas,  sortilegios o conjuras todos los aspirantes al gobierno intentan controlar a sus semejantes.

Porque poder es control, dijo Maquiavelo. O información, según Meñique.

Pero poder es poder, dice Cersei.

Y se tiene o no se tiene.

DRAKARIS, dijo la Dragona:




Miss Plumtree


miércoles, 23 de octubre de 2013

Vicent Andrés Estellés: el poeta de Burjassot (a la Revista Núvol)

Vicent Andrés Estellés: el poeta de Burjassot

 
/ 18.07.2013



Vicent Andrés Estellés
No deu ser debades que l’any Espriu es celebrin també els vint anys de la mort  d’Estellés, per allò de que les casualitats no existeixen i de que l’univers sempre te una bona raó per fer coincidir esdeveniments rellevants. I perquè Estellés va dedicar Coral Romput (un poema en corrent de consciència estructurat en tres sobervis cants) al Mestre de Sinera i la justícia poètica convida a que se li torni el tribut. Sembla una bona manera que Espriu li cedeixi espai en el seu centenari.
Aquestes lleis universals amb voluntat pròpia van col·locar els poetes als extrems d’una mateixa corda. Estellés en un, Espriu a l’altre. Dos artesans de la paraula en català dient versos sobre el que més estimen. L’un a València, l’altre al principat. L’un fill de forner, l’altre de notari.
Estellés va quedar a l’extrem inferior, al que rarament arriba la glòria i per això els homenatges que se li retran enguany seran molt més discrets, adients als poetes que han de treballar d’ordenança o de forner per poder subsistir. Va néixer el 1924 a Burjassot i la mort el va acompanyar des de sempre. Un avi mort a trets, un oncle tuberculós. Una filleta de mesos.  La mort, la guerra i les desgràcies, les coses dels pobres. Podeu escoltar  l’Ovidi Montllor recitant un fragment del tercer cant de Corall Romput aquí:
http://www.goear.com/listen/ad4e492/corall-romput-petit-fragment-ovidi-motllor
Serà la seva gent, el poble, la que li farà els honors de la mateixa manera que ell va fer-los poesia.  Per tornar-li el favor d’haver glosat les seves passions quotidianes.  Vicent, com li diuen els  veïns, no tenia el vers refinat, no era poeta d’elits. Ell mirava els triomfadors i constatava amb estupor com a  “les cases com cal” no hi passava mai res. No hi havia crits i ni plors ni rialles.  Tornava la mirada cap al que tenia interès i escrivia la cosa domèstica sense abandonar mai el llenguatge del poble: clar, feréstec, senzill i groller quan convé.
Hi ha poetes que quan es disposen a escriure
posen damunt la taula el cendrer, les tisores,
el tinter, el secant i moltes coses més.
Calculen les distàncies des del cap al paper.
Discretament assagen poc després el posat.
Darrerament escriuen i escriuen coses pulcres,
potser renaixentistes, perfectament inútils,
sense les quals els hòmens treballen, anem, moren.
(Coral Romput, Primer Cant)

No buscava elevades inspiracions, va fer bonica l’animalitat, el costat salvatge de l’home i de la dona, va despullar de refinament la passió i va elevar el plaer dels sentits a la poesia: cardar, menjar, estimar. I la mort, la mort com aquella cosa física, enorme y física, que et pren el que mes estimes i et deixa pler d’amor i de ràbia. La mort que sempre es allí, entre la vida.
Era poeta d’horta, de la terra, de veïnat, de persones que paupen la vida i s’hi rebolquen per assaborir-la.  S’abandonava igual al plaer el pimentó torrat com al tacte d’unes bones cuixes.
[I]
res no m’agrada tant
com enramar-me d’oli cru
el pimentó torrat, tallat en tires.
cante llavors, distret, raone amb l’oli cru, amb els productes de la terra.
m’agrada molt el pimentó torrat,
mes no massa torrat, que el desgracia,
sinó amb aquella carn mollar que té
en llevar-li la crosta socarrada.
l’expose dins el plat en tongades incitants,
l’enrame d’oli cru amb un pessic de sal
i suque molt de pa,
com fan els pobres,
en l’oli, que té sal i ha pres una sabor del pimentó torrat.
després, en un pessic
del dit gros i el dit índex, amb un tros de pa,
agafe un tros de pimentó, l’enlaire àvidament,
eucarísticament,
me’l mire en l’aire.
de vegades arribe a l’èxtasi, a l’orgasme.
cloc els ulls i me’l fot.
(Horacianes)

Per això veig un Casasses inspirat en Estellés quan escriu L’amor es Deu en Barca, quan diu que l’amor és pa amb formatge, que l’amor és caure al toll i que la vida és un naufragi. Veig la influència sobre tot el que li sento cantar a Miquel Gil, amb tota la sonoritat i les erres del parlar valencià, acompanyant-se de música mediterrània per bressar la pena del qui escriu. I del qui canta.
Miquel Gil canta L’Amor es Déu en barca d’Enric Casasses:



La poesia és feta per ser dita. I el rapsode per excel·lència d’Estelles va ser Ovidi Motllor, un altre referent de les lletres catalanes que els de l’extrem noble de la corda han oblidat. Un pecat, perquè les cultures només donen un Ovidi de tant en tant.
Ovidi recitava els versos de Vicent amb una precisió emotiva impressionant (es a ell a qui sentiu  en els àudios d’aquest article):  alt, tendre, desesperançat, excitat, pobre, perdut, ofegat i obscè. N’ha quedat, entre d’altres,  un document bellíssim en el muntatge que de Coral Romput va fer juntament amb Toti Soler.
Estellés va patir molt, era un home apassionat. I per alliberar-se de la intensitat amb què sentia les coses va fer versos i més versos. D’amor i sexe a Isabel, la seva dona, als pobres, la seva gent, a València, la seva terra i a la mediterrània, la seva cultura i el seu mar.
Els amants:

El sexe, les rialles, el menjar. La vida i la mort.  Les ganes de viure i de plorar són mes intenses des que el Poeta de Burjassot les ha cantades.
“I desprès de tot la mort, quina sort, coll de figa i morro tord”
El 27 de març de 1993 morí Vicent Andrés Estellés, el fill de forner que feia versos. Des de llavors jo no he fet més que enyorar l’alè de la seva emoció en les nostres lletres i avui trio Estellés pel desig i el respecte que li despertava Isabel, perquè tracta la mort i l’amor amb la mateixa fúria, perquè veia en les ones “un mar de mamelletes ràpides”  i perquè va ajuntar les paraules ‘sostenidors’ i ‘Hamlet’ en un mateix cant.
ACTES:
Durant tot l’any es faran lectures de l’obra del poeta per tota la geografia Valenciana. Informeu-vos de la programació del actes que es van organitzant a la Pàgina del Facebook de la Fundació Vicent Andrés Estellés
L’exposició Vicent Andrés Estellés, Cronista de records i d’esperances al  Museu de Belles Arts de Castelló de la Plana (avinguda dels Germans Bou, núm. 28) fins al mes de setembre, moment en que es traslladarà al poble de Benimodo i serà ampliada amb objectes cedits per les gents de Benidomo, Burjassot i Benicarló.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Manhattan o fundación mítica de una Isla







Resulta imposible describir Manhattan sin caer en lo cinematográfico. El celuloide nos ha dado ya todos los símbolos de la Isla del sueño americano.  Y ninguno resulta tan evocador como la imagen de sus alcantarillas humeando.

Calles de Manhattan


Podríamos, pues, comenzar el relato paseando por entre el vapor que rezuman sus calles. No será difícil construir este deambular.  La memoria nos llevará a los barrios inmortalizados en las películas y  nos traerá  la imagen del  transeúnte sospecho, la del urbanita, la del intelectual o la de la delicada Audrey Hepburn mordisqueando su desayuno en Tiffany. 



Aunque quizás es mejor que empiece por el principio. Como suelen hacerlo las viejas películas, los cuentos y todos los clásicos.

Manhattan es una isla apepinada, separada del Bronx en el norte por un estrecho y acabada, al sur, con una lengua que lame la Bahía de Nueva York. Flota flanqueada por dos ríos y está rellena de rascacielos. A pesar de estar construida hasta los bordes es un lugar espacioso debido a las enormes avenidas que la atraviesan en perfecta vertical. Alrededor de doscientas calles suben ordenadamente desde Wall Street hasta Inwood Hill Park para trazarse perpendiculares a estas Avenidas. Broadway se atreve a romper semejante geometría urbanística cruzándola en diagonal y formando en las intersecciones emblemáticos lugares. Como Union y Madison Square. En el centro de la Isla se extiende como una gran alfombra Central Park. Un rectángulo perfecto, tupido y verde.

Central Park

No parece que este pedazo de tierra acabara siendo isla por convicción. Más bien es fruto de algún proceso natural involuntario. Tres de sus lados siguen muy cerca de tierra firme, y como si a la masa desprendida le hubiera dado miedo continuar con su naufragio, se ha sujetado al Continente con numerosos puentes.  Se me antoja que primero se separó de Broklin y de Queens, y que después las corrientes de agua y el peso del hormigón acabaron por romper el último nexo que la unía al continente.  Como se rompe una galleta.




Panoramica de la Isla de Manhattan

Una vez a la deriva Manhattan tuvo que reinventarse y rellenó sus barrios de las gentes mas variopintas.  Así llegaron la comunidad negra, los bohemios, los brokers,  los judíos y las estrellas de cine. 




     
Vito Corleone en Little Italy


Confundido entre todo este trajín apareció también en la Isla un pueblo silencioso y discreto proveniente de los confines que se asentó justo encima de Lower Manhattan para fundar China Town.


Calles de Chinatown

Hoy por hoy la comunidad asiática ha desbordado las fronteras de su barrio original y ya ocupa parte de los distritos vecinos. De modo que se puede llegar a China Town sin necesidad de mapas. Basta con ir siguiendo las primeras tiendas de productos asiáticos  con las que vas topando. 

Poco a poco la concentración se hace más evidente hasta encontrarte  en un mundo sin referentes occidentales. Los ancianos interrumpen su lectura de la prensa (en alfabeto chino) para invitarte a entrar en establecimientos de aspecto familiar. Dentro,  dependientes de edades inconcretas saludan cabeceando como ardillitas y ofrecen ceremoniosos sus productos. Las tiendas están atiborradas de verduras de todas clases. Hojas que a pesar de parecer acelgas son demasiado pequeñas, cominos, una variedad impensable de raíces, pepinos que no los son, coles de varios colores. Frutas de mas colores todavía. Pescado, carne, pastas. Y una enorme cantidad de puestos de comida que anuncian incógnitos menús garabateados en su alfabeto. 

Comercio en Chinatown

Este barrio es un movimiento constante de gente menuda que conduce su comunidad como un hormiguero caótico aunque perfectamente funcional. En este pedazo de urbe los turistas orientales, armados con sus cámaras y sus sonrisas complacientes, se distinguen de los habitantes autóctonos lo mismo que cualquier occidental.  

Comercio en Chinatown

Columbus Park es un centro de reunión al aire libre para los jubilados de China Town. Allí juegan a las damas o al póker sobre las mesas de piedra del parque. La mediana de edad oscila alrededor de los 65, aunque también los acompaña algún congénere mas joven con pinta de estar desocupado (estado excepcional entre esta comunidad). Las timbas están extrañamente acompañadas con las notas de una flauta que adormece el ambiente. Aunque el juego es protagonista e impone su rigor, la edad de los jugadores, su mirada oriental y el aire libre tornan  la competición inofensiva. 


El juego en Columbus Park

El mercado negro de artículos de lujo confeccionados o almacenados en las trastiendas constituye otro de los espectáculos del barrio.  La oferta es un bombardeo constante. Los vendedores ofrecen Rolex falsos como quien ofrece jaco, susurrando la mercancía al oído de los transeúntes. Los asiáticos (y los negros) que venden esta mercancía tienen tomadas las calles. En Canal Street se cuentan por decenas. Llevan la mercancía guardada muy discretamente, en una pequeña bolsa opaca o incluso en los bolsillos. Los encargados de estas cuadrillas (como si de chulos se tratase) esperan a los distribuidores en los portales para recoger las ganancias y abastecerles con el resto de mercancía que espera escondida a resguardo de las redadas policiales.  

Al llegar la noche el trapicheo queda velado por la espesa niebla. Las tiendas continúan abiertas pero el hormigueo desaparece. Todo se vuelve gris y frío excepto el subsuelo, que sigue exhalando sofocantes bocanadas de humo. Es el momento de cambiar de barrio y buscar algún lugar que ofrezca refugio nocturno. 


Old Town in Sin City


Otro movimiento demográfico que llenó  Manhattan de magia y color fueron los negros (como se les llamaba en tiempos de incorrección). Ellos también cruzaron los puentes para instalarse en la tierra prometida y  con su risa rítmica y unplugged hechizaron la Isla por completo. Fueron los que le infundieron el hálito vital. Las negras, llenas de paciencia y de sonrisas,  llegaron luciendo con orgullo animal sus moños: auténticos trabajos de orfebrería. Ellas pusieron de moda la decoración de las uñas, las cenefas, los labios y la carne. Y contagiaron el ambiente con sus cantos y el devaneo de sus traseros.

Billie Holiday

Aunque están esparcidos por todo Manhattan, tradicionalmente y en esencia debemos buscar a la población negra en el Harlem. Este barrio ofrece la oportunidad de observar como esta raza, más que ninguna otra, lleva el impulso de la vida en las venas. Para comprobarlo solo hace falta presenciar como allí la comunidad Baptista reza a su Dios. 

Mujeres en el Harlem (esta imagen puede estar protegida por drchos. de autor)

Es el mismo que el Nuestro pero no tiene nada en común,  ni con nosotros ni con las congregaciones baptistas de comunidades no negras. No es lo mismo un Thank You Jesus o un Aleluya a grito de gospel que pronunciado desde las sotanas los reverendos hispanos.

La cultura africana sabe llegar al alma con la música (soul, jazz, góspel) y alcanza el éxtasi sin necesidad de psicotrópicos cuando le pone danza.
Si el lector quiere aliviar las penas sugiero asista a una misa en el Harlem y se deje llevar hasta exorcizar todas las tensiones que tan civilizadamente contiene. 

U2 con el coro de una iglesia 

Además de los asiáticos y los negros, en Manhattan se afincaron entre otros, hispanos, europeos  y judíos. Una vez las comunidades fundadoras ya estuvieron asentadas en la Isla, y las nuevas generaciones diluyeron las fronteras entre razas culturales, germinó el cultivo y el intercambio de costumbres dio lugar a la vanguardia.


detalle balcon en Lower East Side
(esta imagen puede estar protegida por drchos. de autor)


LES (acrónimo de Lower East Side) es supuestamente un barrio judío, pero le sucedió lo que sucede a todo aquel que se abandona a la modernidad. Perdió  la personalidad a la vez que su condición de gueto.  El resultado es difícil definirlo con adjetivos excluyentes. Dejémoslo en que LES es un barrio moderno. O incluso más aún, pues sus pretensiones cosmopolitas apuntan a lo snob.  Y esta pretensión arrastra, por supuesto, mestizaje y zaleo nocturno. Además de toda aquella comunidad gay que encuentra refuerzo en la las tendencias.

El habitante del LES ha de ser alguien que se atreva con cualquier cosa a condición de que sea estridente.  Gorros de gánster con plumas, maquillajes asimétricos, faldas siniestras o camisas con churrera. La única consigna válida es la de distinguirse.          

Detalle fachada en el Lower East Side 

Sus intenciones de modernidad también se aprecian en los grafitis y en una mezcla de tiendas excéntricas que se precipitan en lo freak en su desesperada cruzada identitaria. Bares que rezuman alcohol comparten acera con pastelerías rococó, colmados y boutiques de ropa reciclada. Vinacotecas, tiendas de mobiliario vintage y cafés naíf.  En resumen, el LES es un barrio tan moderno que continuamente corre el riesgo de pasar de moda. 

La Balada de Lower East Side (Michael Monroe)

Mas refinada resulta la población de Tribeca y la  del Soho o cuando menos mas glamurosa la hacen parecer sus establecimientos de diseño, las galerías,  la ropa,   y  los bares de copa con servicio de pitonisa.

En estos barrios los giros estéticos dan como resultado cualquier cosa que se pueda imaginar. Y aunque en ocasiones la explosión conjunta de tan dispares conceptos pueda parecer caótica, cierta corriente de gusto los une y los hace sugerentes.

Con la vanguardia, el mestizaje y el dinero,  también llegó a la Isla el arte. Y se asentó en los museos de referencia  (el Metropolitan, el Moma…) como los dinosaurios lo hicieran en el de Historia Natural.

Pero a la sombra del arte mayúsculo y de los galeristas de caché que iluminan el  Soho, Manhattan acopia una cantera artística sorprendente. Tanto por su frescura como por su capacidad de sobrevivir en los lugares mas insospechados. Como en la zona de Chelsea. Donde la industria ha ido abandonando los edificios de ladrillo y  entre talleres mecánicos todavía en activo, se instalan minúsculas galerías independientes de bajo presupuesto. Han colonizado los deteriorados inmuebles para colocar las exposiciones de las nuevas promesas.  Son lugares ideales para  percibir  la fuerza de un artista en busca de su propia voz.  Un alarido artístico dentro de un edificio con goteras que pierde calefacción por las juntas de los ventanales. 


Galerias de arte alternativas en el Barrio de Chelsea


El arte, como la vida, siempre prospera. Manhattan respira, exhala a través de sus grietas y fiel al mito se reinventa para continuar rodando.

Así se fundó esta Isla. No porque sea cierto, sino porque el visitante lo recuerda de este modo. Porque la absorbió la ficción y quedó atrapada en la bobina de nuestro imaginario como la cinta del celuloide.


Manhattan, de Woody Allen

Miss Plumtree

martes, 10 de septiembre de 2013

Nos gustan los malos



La imagen puede estar protegia por derechos de Autor

Cuando uno mata se le suponen razones. Una defensa propia, un trauma. Alguna disculpa para el asesino.  Algo que arregle el desaguisado de la fechoría. Algo que nos convenza de que no es un acto irracional. Es ante un asesinato cuando queremos olvidar que en la mayoría de las ocasiones nos dedicamos a eso. Bueno, a matar no (al menos no todos los días) si no a comportarnos según los impulsos, los deseos y las fobias.


Busquemos razones entonces, sean las que sean. Empecemos por las de peso. A veces los traumas lo son, aunque no suficiente. Dexter presencia el descuartizamiento de su madre a una edad muy temprana. Pero aun teniendo en cuenta la enormidad de la experiencia, solo con eso, los espectadores no parecemos dispuestos a aceptar que para sofocar sus neuras el chico necesite recrear la escabechina y vaya repitiendo la escena mutilando a sus víctimas hasta que caben dentro de un saco de plástico. 

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No. Tenemos que buscarle un punto sensible donde apoyar nuestro morbo sin sentirnos demasiado bestiales. Ahí va: Dexter ha aprendido a controlar su “manía” y la practica solo para ejercer el bien. Para borrar del planeta a todos los seres inmundos y retorcidos que siendo tan psicópatas como él, no tienen una razón tan buena como la suya para abandonarse a la carnicería en serie.  Et volià así es como un puto enfermo se convierte en el adorable Dexter Morgan.

Mientras Dexter se purifica limpiando Miami de escoria Walter White vela por su familia. Porque cuando uno delinque pasa lo mismo. También necesitas saber los motivos  para así continuar pensando que el razonamiento y la labor del bien es el comportamiento común de los mortales. Walter White breaks bad al diagnosticarle un cáncer. Esa noticia es la que desplaza el eje de su existencia, el motor de arranque. Pero existe una razón mucho más sacra para justificar su delito (la fabricación de metanfetamina). Asegurar el sustento económico de su familia cuando él muera. Aunque después,… ya veremos qué pasa después.

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Tony  Soprano también tiene familia.  Una familia a la que no le falta de nada. Mansión, coches, cura y una mujer sepultada de joyas. Buenos colegios, relaciones. Dinero.  Guarda para si los contextos más sórdidos (las oficinas en el Satriale’s y en el Bada Bing). Pero se concede ciertos vicios y algunos (muchos) placeres para soportar el sacrifico.  Es una bestia enorme, brutal y muy peligrosa cuando se siente acorralada. No es un dechado de virtudes y a pesar de ello le queremos. Le queremos, le tememos, le admiramos…. nos gusta.  Porque tiene sus bajones. Sus dudas, sus debilidades. Sus razones. Y unos espectaculares ataques de ansiedad que lo llevan al diván de la tentadora Lorraine Bracco.  Psicoanálisis y Prozac mediante, el crecimiento personal de Tony no lo lleva a la luz, si no a su propia naturaleza.


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No tiene argumentos muy nobles. Tony Soprano tiene simplemente sus propias razones para continuar al cargo de la organización criminal. Y no importa si son suficientes, nos valen.  Y es que en esto del crimen (como en tantas otras cosas) a la que nos entran las filias nos volvemos muy laxos.

Otro alegato al que nos aferramos para poder dar rienda a los instintos oscuritos es al de la justicia (¿venganza?). Y aplaudimos a Tarantino por Mocasín, por Cascabel y por el Crótalo de California. Y hasta nos convence la doctrina de Bill, jefe del escuadrón de víboras y digno ex de La Mamba Negra. 


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Defendemos cualquier locura que encarnen Gary Oldman, Nicholson  o De Niro, adoramos al Padrino y nos abandonamos al morbo con los depravados de Criminal Minds. La verdad es que no necesitamos motivos para admirar la maldad, dejémonos de excusas. Disfrutamos como locos cuando Hannibal Lecter se pone exquisito. Cuando la bestia de la bestia se viste de gala para ofrecernos en bandeja y a trocitos su belleza macabra. 


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Resulta que las razones del caníbal son poéticas.

Las nuestras (las tuyas y las mías) son más mundanas:  Nos gustan los malos



Miss Plumtree